La travesía del glider, impulsado por la Universidad de Rutgers (New Jersey) con la colaboración del Gobierno de España, ha sido el primer batiscafo no tripulado en finalizar un viaje transoceánico. Ha atravesado el Océano Atlántico sin motor, con la única energía de sus baterías, lo que le permitió planear por debajo del agua, aprovechando las corrientes marinas del océano, recorriendo más de 7.400 Km. en 225 días.
El RU27 tenía como misión recoger datos del océano como la densidad del agua, la salinidad, la temperatura, un mejor conocimiento del papel del océano en el cambio climático y su impacto en las infraestructuras portuarias. Según los investigadores, podría ser el primer paso para utilizarlos de forma frecuente para los estudios oceanográficos y tal vez, en el futuro, para desarrollar un nuevo sistema de transporte marítimo.