MADRID CENTRO: GANA EL MAXIMO PREMIO EUROPEO SOBRE URBANISMO

Si hablamos de urbanismo automáticamente tenemos que mencionar cambio. El cambio es una condición inherente de la ciudad, una actividad permanente que afecta a los tejidos, órganos y sistemas en busca de un equilibrio instantáneo.

Madrid Centro ha sido galardonado con el primer premio de la novena edición de los Premios Europeos de Planificación Urbana y Regional, máximo reconocimiento europeo en materia de urbanismo. Pero no se queda solo ahí, también ganó la Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo (BIAU 2012) en la categoría de “Trabajo de Investigación”.

Este premio reconoce la innovación del proyecto y la mejora que ha supuesto en la calidad de vida de los ciudadanos tanto desde el punto de vista social como en el económico, cultural y ambiental.

En este proyecto han trabajado unos 50 expertos de diversas disciplinas (urbanismo, economía, sociología…), junto a varios departamentos del Ayuntamiento de Madrid, han participado durante tres años en la elaboración del Proyecto Madrid Centro, una agenda de actuaciones pensadas para inspirar la revisión del próximo Plan General de Ordenación Urbana.

Este gran proyecto abarca un espacio concreto de la capital: el denominado la almendra de Madrid, el delimitado por la Calle 30 en el este, sur y oeste, y por el eje de Silesio Delgado y la calle Mateo Inurria en el norte, es decir, el territorio fundamental que conformó el Madrid construido en la década de los años 50. Entre otros distritos abarca Salamanca, Retiro, Centro, Chamberí, Chamartín, Arganzuela y parte de Moncloa-Aravaca. Total, 51 kilómetros cuadrados.

El objetivo del trabajo es contribuir a hacer del Centro de Madrid un espacio más habitado, habitable, integrado socialmente, sostenible, cultural, contemporáneo, competitivo económicamente, más seguro y que mejore la calidad de vida de sus residentes.

El «Proyecto Madrid Centro» representa la oportunidad de probar los conceptos y propuestas de un nuevo urbanismo que puedan hacer frente a los retos planteados por la globalización, el cambio climático y la transformación social desde el reciclado y la transformación de la ciudad existente.

El análisis de los elementos principales de la zona centro de Madrid demostró la necesidad de actuar con decisión y urgencia en cinco áreas esenciales:

La década se caracteriza por los rápidos cambios experimentados en la estructura de la población de Madrid. En los últimos años, se ha producido una aceleración en los movimientos espaciales entre las áreas urbanas intra y extra, lo que lleva a la segregación y la desigualdad en la población de Madrid y los restos de la marginación social. Además, la estructura ha sufrido desequilibrio y vejez, con una evolución muy distintas a través de los barrios, dependiendo de si o no se han visto migración o si ha sido el foco de una transformación funcional. En general, la población de la zona central de Madrid se ha convertido más joven debido a la aportación migratoria, pero la disminución de la representación de las edades más jóvenes que llama la atención, sobre todo los niños.

El Madrid ha pasado de ser una macrocefalia centralizada debido a la pérdida de importancia relativa en su relación con su entorno metropolitano. En la última década, Madrid siguió el camino del modelo anglosajón urbana. Tenía una tendencia creciente de suburbanización metropolitana, en primer lugar de las familias y de las instituciones y actividades económicas. Es el caso de los llamados «ciudades financieros» y los grandes edificios civiles reubicados en la periferia.

Este proceso es particularmente preocupante en lo que respecta a las actividades más innovadoras. Los obstáculos estructurales y normativos convertido en otro problema que la ciudad tiene que superar para atraer eficazmente el talento y la innovación en las áreas centrales.

Se caracteriza por una heterogeneidad marcada, donde los procesos de modernización coexisten con grandes extensiones de deterioro estructural. En resumen, puede decirse que la vivienda «boom» experimentado durante la última década ha sido evidente en el centro de la ciudad a causa de gentrificación (atracción de mayores ingresos a las áreas suburbanas renovadas de alta calidad) o «ghettofication» (consolidación de áreas extensas de viviendas deterioradas vinculado a la inmigración, sobre todo la variedad ilegal).

Al igual que en el ámbito económico, hay dificultades sociales, financieros y administrativos en la aplicación de políticas eficaces de reciclaje y renovación. Entre los obstáculos que hay que superar, podemos esperar la obsolescencia del Plan General de Ordenación Urbana en sí.

Es un proceso de aumento de la banalidad y la identidad perdida que se detecta y se asocia con el deterioro del medio ambiente urbano causado por la preemsencia del coche. La colocación subterránea de la  M-30 en su sector Sur trae la oportunidad de transformar el río Manzanares en la columna vertebral de un sistema verde que puede infiltrarse en el tejido urbano. Al mismo tiempo, en contra de la homogeneización y banalización creciente del espacio público, hay tendencias emergentes que redescubrir identidades que se promueva a través de estrategias temáticas de los espacios públicos del barrio.

La accesibilidad al centro de la ciudad está fuertemente determinada por la centralidad económica e institucional. En las últimas décadas, ha habido un aumento sostenido de la demanda de movilidad, lo que fue acompañado por una mejora sustancial en el transporte público. A esto hay que añadir las situaciones generadas por las principales intervenciones municipales realizadas en la infraestructura vial de la ciudad durante los últimos años: el túnel de la M-30 Sur, el inicio de la reestructuración del corredor Prado-Recoletos, y la transformación selectiva de calles tan emblemáticos como Las Letras.

Todavía hay, sin embargo, los problemas asociados con el uso excesivo de la calle por las áreas de coches y aparcamiento, un problema que ha sido una prioridad en el Proyecto.